Política local - Ayuntamiento

Opinión: ¿y ahora qué?

29 Jul 2015

Los concejales han aceptado el reto. El alcalde gana más de 2000 euros al mes que paga la diputación y dice que trabajará lo justo, los concejales que no cobran si han aceptado gestionar el ayuntamiento.

Las concejalías ya están repartidas y los concejales han aceptado el reto. ¿Y ahora qué?

Los concejales ya han demostrado el compromiso que tienen con su pueblo y con sus votantes, al aceptar, por responsabilidad, la opción que les ha obligado a tomar el alcalde. Una decisión que está dando mucho de qué hablar. Unos tachan la idea de irresponsabilidad y locura, otros consideran que si bien las formas no son las correctas, la decisión es original y fuerza a trabajar, gratuitamente, a los representantes elegidos de cada partido por el bien de su pueblo. También están los que defienden las formas y el contenido de dicho planteamiento, justificando que ahora se verán realmente los intereses de cada uno y la veracidad de las propuestas de cada partido, es decir, se demostrará si importa un sueldo o no.

Ciertamente, la medida adoptada mediante el DECRETAZO DE MOLLÁ es insólita. No sabemos todavía si para bien o para mal. Pero las formas que sigue demostrando nuestro alcalde no evidencian nada bueno. Después de horas y horas de diálogos, de propuestas realizadas, de reuniones con unos y con otros, e incluso después de la votación realizada en el pasado pleno, nuestro alcalde ha decidido no aceptar el resultado de  la misma, y derogar con un decretazo aquello que no le convenía. Ciertamente ese momento no era para presentar propuestas según se dijo, porque tampoco se tuvo en cuenta  la propuesta ofrecida por uno de los suyos. La cuestión aquí radica en que ¿no hubiera sido mejor posponer la decisión e intentar, en una última reunión, llegar al consenso de la mayoría? ¿O es mejor obviar las horas de trabajo y diálogo, y echar por tierra todo ello como se hizo?

El pueblo debería hacerse ahora  tres preguntas. En primer lugar, ¿de qué sirven los plenos y las votaciones que allí se realizan, si el alcalde tiene el poder de hacer y deshacer a su antojo, según sus conveniencias y sin importar lo que la mayoría decida? Porque, a pesar de que tiene 7 concejales, no hay que olvidar que no tiene la mayoría necesaria, y lo debería tener presente. El pueblo ha votado y ha decidido que varios partidos tengan voz y voto para el desarrollo de la localidad. No obstante, al parecer, hace oídos sordos o prefiere no ver esta realidad.

En segundo lugar, y en relación con la anterior cuestión, aunque las concejalías estén distribuidas entre todos, ¿qué libertad van a tener para ejercer dichas funciones? ¿Se les va a permitir demostrar lo bueno de las propuestas que defendieron durante el período electoral, o van a recibir negativas y problemas decisión tras decisión?

Y por último, ¿si Mollá respetara la decisión de los votantes, por compromiso y responsabilidad sería su equipo el que debería gobernar, no? ¿Qué pretende demostrar con esta jugada que nos ha pillado a todos por sorpresa? ¿Esperaba que todos aceptarán o no?

 El tiempo nos lo dirá. Ahora sólo nos queda esperar nuevas sorpresas en el próximo pleno, y ver qué es lo que pretende conseguir nuestro alcalde, sin olvidar que ocurra lo que ocurra él estará a salvo, pero no su equipo. 

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