Los ciudadanos de Caudete
estamos teniendo la triste suerte de comprobar cuánto daño se le puede hacer a
un pueblo cuando se le da el poder a un grupo que solo buscan mantenerse en el
mismo porque es su sustento y avanzan dando mamporrazos a diestro y siniestro
porque su único futuro es una huída hacia adelante en la que consigan quedarse
sin nadie que les haga frente.
Durante el mes de diciembre, todos estamos asistiendo entre boquiabiertos e indignados a la actuación del equipo de gobierno respecto al espacio socio-cultural La Sala. Este espacio, construido en 2010 con fondos del Plan E se ideó con la intención de convertirse en un recurso para la celebración de actividades, eventos tanto del Ayuntamiento como de las numerosas asociaciones de la localidad. La Sala debía ser un espacio para el disfrute de todos.
Este año, ni la presentación de los bailes del niño ni las pujas de dicha fiesta se han celebrado allí sino en el local de los mirenos ¿la excusa oficial? Que el aforo de los mirenos es mayor y que en La Sala faltaba una puerta de emergencia, cosa que todos los informes han desmentido. La reina de los bailes del niño, a su vez secretaria general del PP se negó a bailar en La Sala, algo que confirmó el concejal Estarellas en el último Pleno cuando al ser preguntado por esta cuestión respondió que era normal que los reyes prefirieran hacerse la foto en un buen local que en un almacén. De manera que Mollá cedió ante su nº 2 en el PP local aunque para ello el Ayuntamiento tenga que pagar al menos 1500€ para alquilar un local cuando ya tiene uno y mejor. El alcalde juega en contra de los intereses del Ayuntamiento. Es como si una empresa le dice a un cliente que su espacio es muy malo pero el de la competencia es muy bueno y si alquila el de la competencia, encima le paga.
De todos es sabido que Mollá está siendo cuestionado incluso dentro de su partido en un momento especialmente delicado puesto que el PP se halla en período de renovación de sus direcciones en todos los municipios. Con esta cesión, el Ayuntamiento pierde dinero y prestigio, la secretaria general del PP consigue su capricho y Mollá gana apoyo y un poco de tiempo para ver si un milagro lo salva del desastre que él mismo está provocando.
Por desgracia la historia de La Sala no acaba ahí porque este espacio ha sido cedido a una empresa, que además es de fuera, para que ponga aquí una discoteca. Es decir, que con el dinero de los ciudadanos se construye un espacio que pueda ser utilizado por todas las asociaciones de la localidad. Ahora el Ayuntamiento les quita un buen lugar (con más de 800 personas de aforo) a las asociaciones municipales, las obliga a ir a otro más pequeño por el que tienen que pagar y se convierte en promotor de negocios de copas donde uno de los reclamos es una grupo de chicas ligeras de ropa con atuendo de Papá Noel. Por no hablar de la imagen que da tener una discoteca en plena Ciudad Deportiva en la que ya pudimos observar la lamentable escena de que cuando se abren las instalaciones para el inicio de las competiciones en edad escolar, toda la entrada al recinto está con vasos con restos de alcohol y suciedad.
Se le cede a una empresa que no tiene ninguna actividad previa y fue constituida en octubre de 2012. Además, no ha tenido que pagar nada por la utilización de La Sala, ni paga luz y agua e incluso la semana pasada los operarios del Servicio de Obras del M.I. Ayuntamiento de Caudete tuvieron que trabajar durante horas allí porque los aseos estaban obstruídos.
Nos encontramos ante una actuación cuanto menos, opaca, nada transparente, por parte del Ayuntamiento. Si en una instalación municipal se está desarrollando una actividad en la que hay gente trabajando es porque el Ayuntamiento está realizando directamente la actividad y los trabajadores están bajo su responsabilidad o porque ha dado una concesión a través de un concurso público o subasta pública que exige el desarrollo de un procedimiento administrativo que garantice la igualdad de oportunidades a todas aquellas empresas que quieran participar. Este procedimiento legal no se ha llevado a cabo por lo que no sabemos qué criterio se ha seguido para permitir a la empresa que realice fiestas en un espacio municipal. Para la empresa es un auténtico chollo y además se permite la desfachatez de eliminar de su página de facebook los numerosos comentarios críticos que estaban recibiendo por parte de los jóvenes de Caudete. Para mayor desconcierto, quien actuaba como defensor y portavoz oficioso de esa empresa era Miguel Llorens, concejal de festejos del M.I. Ayuntamiento.
Así mismo resulta curioso que el alcalde la misma tarde de Nochebuena se permita el lujo de darse un paseo por algunos de los bares de copas de la localidad y “recomendar” que cierren pronto para que la gente se vaya a La Sala. Cuando un alcalde hace algo así da la impresión de que más que aconsejar, presiona. Se olvida el señor alcalde de que existe una normativa y calendario aprobado que permite a estos locales cerrar más tarde de lo habitual en Nochebuena y Nochevieja. La mezcla de intereses públicos y privados es horrible. Uno no puede dejar de preguntarse si esto no podría responder a la necesidad de cumplir con otro compromiso personal que ayude a Mollá a mantener su huída hacia adelante.
Lo único que se les ocurre como política de juventud es darle la Sala a una empresa para que ponga una discoteca. Una institución pública debería trabajar por buscar alternativas de ocio saludable para los jóvenes y los no tan jóvenes, fomentar la realización de actividades motivadoras que atraigan a la gente y que acaben con la idea de que la única forma de disfrutar del ocio del fin de semana es salir por la noche.
En campaña electoral el PP prometió la construcción de un centro de ocio juvenil y ha acabado por promover una discoteca en un edificio público. Prometieron apoyar a las asociaciones locales y ahora las maltratan. Prometieron acabar con el paro y hoy hay en Caudete 212 desempleados más que en mayo de 2011 ¿Éste es el modelo de desarrollo económico y social que propone el PP para Caudete? ¿Discotecas y chicas en bikini?
Mollá alardea de las horas que pasan él y “sus concejales” en el Ayuntamiento pero esas horas no se traducen en mejoras para la calidad de vida de los ciudadanos sino más bien en todo lo contrario. Quizá es que Mollá y los suyos andan demasiado ocupados buscando el modo de acabar con los socialistas y sus obras; o andan enredados en sus líos internos y pensando en a quién acudir para que los salve del fracaso de esta historia de intereses personales, egoísmo y necedad que se han empeñado en protagonizar.
En cualquier caso ¿quién gana todo esto?
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